Pobrecico del poeta, que se juega la vida por un verso, que se arriesga y todo a colgarse de un anzuelo por imitar a los bomberos, ay, poeta aquél travieso, que se la juega con las Demos, de programas de detenimiento, poeta, que manchas las manos de tinta, pero de una tinta que no conocemos, tapices de palabras, que quedan quietas en silencio, palabras, llámalas inquietas, las que caen del tormento, series de bocetos para parafrasear al embustero, poetas que cuentan una historia, para que la televisen los boceros, poetas migados sin mil ases, frío del agua, poetas, parece un manifiesto, y en la verdad está lo nuestro. A estas tierras de poetas y malandrines de estos años de orfandad. Bienvenidos a los 500 años de misas noches borrachas de soledad, que entre palillos, y cajón con ron, batallas y cuchillos, que a mil indianos quieren morder. Para migarlos en turrón, turrón o lo que sea, lo que importa es coger, coger, mucho y lo que tenga que ser, es triste, pero ha de ser.