Cuando los zombies acudan a la tele para extrapolar los sueños que no se ven en la rutina, cuando nosotros como pájaros dormidos acudamos a los rayos catódicos como la gloria que no quiere ser nuestra, babearán en la tele basura para llenar su ego de una esperanza que a nadie pertenece, cuando veamos la lucha en una puesta en escena peculiar y poco ensayada, cuando sepamos que en cualquier lugar del planeta no hay pan que les distraiga el apetito y sí televisión que les engatusa el sueño de colores y oropel, cuando nosotros comprobemos que lo que educa de verdad cae de nuestras manos como el agua sucia de las acequias podridas, cuando nuestra pobreza sea contradicha por los papanatas que desconocen nuestra hora larga de tedio y reclusión por que no hay vaca ni siquiera ya flaca, cuando contemos los minutos y vengan a engañarnos con programas repetidos hasta la saciedad y comprendamos que todo es la misma cosa, que no hay nada nuevo bajo el sol, y que todo es vanidad, cuando comprendamos todo eso, saldremos de nuestra prisión o de nuestras jaulas de oro y ellos seguirán diciéndonos comprad, comprad, comprad, y nosotros le diremos: libertad, libertad, libertad.