No way

Muchas veces me llego a preguntar porqué los ricos son tan estúpidos. Sus hábitos, sus manías, sus caprichos son todos producto de su tedio a pesar del dinero que tienen. Relacionarse entre ellos, los clubes selectos, la distinción en las marcas, todo ello, los hace imbéciles peligrosos que intoxican al proletariado con sus aires de grandeza exacerbada. Yo, Capplannetta, no quiero vivir en Pedralbes, a sabiendas de sus zonas ajardinadas, y sus vistas maravillosas, no quiero pertenecer al Club de Polo de Pedralbes, a sabiendas que lo frecuentan las gentes más chic de la ciudad condal. Al unísono que el tiempo pasa inexorable comprendo que tengo todo aquello que necesito, y a pesar de que sufro la crisis como tod@s, puedo decir que soy rico por que no carezco de lo que verdaderamente necesito. No quiero estudiar derecho, no necesito una muñeca japonesa comprada por Internet, no necesito fumar Marlboro, no necesito comer en un restaurante de alta cocina, no necesito tener mi casa repleta de arte, aunque no carezco de sensibilidad, prefiero el arte cercano, aquel que se puede entrever y descifrar en sus códigos de común sintonía con lo que me transmita y lo que yo alcance a descifrar. No quiero tener un Ferrari, tampoco un yate amarrado a un puerto, no quiero volver de Tiffany’s y tampoco quiero pisar la milla de oro madrileña. Me gustan las cosas sencillas, que no simples, me gustan las gentes llanas antes que las personas inaccesibles.

2 comentarios sobre “No way”

  1. Realmente cierto, aunque a nadie le disguste los «adornos» que aporte el dinero, no es esencial su abundancia para vivir feliz y dignamente. La acumulación de objetos no llena la vida, en cambio existen otras muchas cosas que si lo hacen, si sabemos apreciarlas. Y además, no hay dinero en el mundo que pueda comprarlas….

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