Ser padres hoy en día es ser valientes

En la última publicación de Nevando en la Guinea me ha llamado la atención un relato titulado Maternidad. Este relato se recrea (por decirlo así) en el hecho de ser padre, en el acto de más valentía (sobretodo hoy en día) que se pueda ejercer, en el acto de máxima generosidad que existe en la vida. La Maternidad de la que nos habla Juan A. Herrero Díez es una Maternidad espiritual, una Maternidad desde las raíces, desde las entrañas, la Maternidad que Juan A. rechaza es la Maternidad vista desde la perspectiva de la superación, de la Maternidad vista como un acto para auto-proclamarse progenitor y poseedor de un derecho que por demás es discutible. Por que hoy en día ser padre es ver a tu hijo morir de manera enésima, es contemplar a unas criaturas débiles frente a los abismos que hemos levantado en el aire nosotros mismos, que burocráticamente ni institucionalmente no los podemos expugnar, que socialmente se convierten en una acción torpe y pesada, se tornan en acto absurdo y horriblemente repetitivo, se convierten en un acto casi automático, las consideraciones que puedas sumar a todo esto también subrayan el acto de ver la pescadilla que se muerde la cola, ya que todo parte y se involucra como un círculo vicioso que nos estorba, nos hace esclavos de él, y nos corrompe como sociedad inútil y paralizada. Es luchar contra una propia legislación que en lugar de facilitar las cosas las entorpece, las estupidiza, las hace insuperables pudiendo ser un paso hacia delante nada más, así de fácil.  Pudiendo ser solamente el acto de dar, ceder, hacer posible, ser generoso para con la vida, porque no hay nada más posible que eso, no hay nada más cierto y más complaciente..