Llueve sobre mojado cuando las mujeres ponen su grito en el cielo y se ponen a reivindicar patrones que no les corresponden. Detesto esa pasión por el feminismo, postura que muchas mujeres adoptan en pos y el ansia de poder y los deseos de grandeza. Debieran de ser más humildes las mujeres cuando reprochan al hombre el no ejercer poderes influyentes y cargos importantes, y pierden toda credibilidad cuando lo discuten en vez de demostrarlo. Se quejan de que el hombre ocupa lugares importantes en la literatura, pero no dicen nada cuando en España de los 30 agentes literarios que existen 29 son mujeres, entonces ponen la excusa de que son profesiones de 2ª categoría, dicho recientemente en el programa Nostromo en La2 de TVE por Esther Tusquets. Me parece estúpida esa discusión, y siempre cae en los derroteros de la demagogia, y la arbitrariedad. Una mujer si es buena en su profesión debe demostrarlo, y no demostrarlo en los alardes. Me parecen estúpidas esas asociaciones que se sacan de la manga y se hacen llamar Literatura para la igualdad de Género. Las mujeres hoy en día son tan iguales en España como los hombres. Cuando caen en esa discrepancia dejan entrever su oportunismo y sus ganas de victimismo. Un escritor se destaca por sus escritos o por la obra que le resguarda. La lucha entre hombre y mujer siempre es por la misma cuestión, por el Poder. Imagínense si yo me quejara en las tertulias y los enfrentamientos sobre machismo y feminismo por el ostracismo al que son los hombres sometidos cuando su pareja femenina está en proceso de embarazo, o también, por la desigualdad que existe con respecto a la justicia, eso en caso de divorcio, y en el caso lamentable del reparto de custodias o visitas programadas. No puedo hacer eso. Pues bien, las mujeres si utilizan ese victimismo de lo más ruin. Cierto es que es lamentable tocar temas como los de la violencia de género. Ahí si no hay discrepancia alguna. Es intolerable. Para eso no existe justificación alguna. Pero la discusión de poder entre un hombre y una mujer no se demuestra con la controversia, se demuestra con la efectividad, con los hechos.