Media foto de los dos (texto)

Escribí este poemario (clickear encima del banner para leerlo) entre épocas de crisis y épocas de felicidad. Hemos sufrido mucho, los dos. Hemos sufrido problemas económicos que nos han arrojado hacia una realidad de reproches dados el uno al otro, sencillamente por la realidad injusta e interna que este mundo tiene dentro de sí. Hermisferios diferentes, costumbres distintas, placeres que nos distan, distancias que nos unen. Este poemario está parido como un hijo ansiado, como un hijo súper-deseado, es parte de mis vísceras, es parte de mis entrañas. Este libro no será premiado por ninguna editorial ni concurso, no le darán el premio Nacional de poesía, no estará en los rankings de los 10 más vendidos, digamos que es un poemario marginal escrito por un autor marginal. Este brote de palabras de un outsider de los sentimientos no pretende crear escuela, aunque nada tenga que envidiar a las telarañas de las academias, a los apolillados tesoros de biblioteca y a las grutas de abismo intelectualizadas. Es un pedazo de entraña trémula y caliente como un corazón palpitante arrancado de mi cuerpo. Este poemario presume de tener una doble vida, es como ese tipo anciano que esconde una bigámica vida, que esconde una vida desaforada, una vida en las tinieblas, una vida en la sombra. Te quiero mujer de nada heredera, te quiero entre el espanto de mis preocupaciones, partes desde el hábito y el goteo de estar gestando tu propia derrota, partes desde la necesidad y el hastío de ser una mujer plena. Mientras que los demás gozan del Martini del domingo tú y yo gozamos de la agonía suspirada por la crisis, rompemos poemas y fotos entre cada crisis afectiva, rompemos miradas frágiles como el cristal, rompemos anhelos entre cada suspiro, rompemos nuestra ira hecha de escarcha y rutina catastral, rompemos nuestro mundo de azul y rosa, rompemos lo que roto ya está, rompemos la causa que nos afecta, rompemos hasta nuestra causalidad, rompemos nuestra vida loca, rompemos con la vecindad, rompemos deuda a deuda y gota a gota, un mes a mes de puta contrariedad, rompemos día a día, y a teja-toca, rompemos la dicha sin nuestra verdad, rompemos con lo que toca, con lo que nos agota, rompemos cuando el adeudo sostiene la paz, rompemos cautivos de nuestra sombra, rompemos con Lizz y con Suzane, rompemos con el litigio sin la asquerosa pompa, rompemos con el cansancio para luego volver a empezar.

 

Media foto de los dos

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