DOS PUNTOS

A veces la rutina literaria que antes te fascinaba llega a un punto que te cansa. Digo esto por que últimamente todos los vídeos, los programas, los libros que leo y veo sobre literatura me cansan. En los vídeos hallo entrevistas donde llueve sobre mojado, en los programas redundan demasiado sobre teorías que no llevan a nada y crean debates donde los temas a tratar son más de lo mismo. La literatura yace anclada y parece no dar ningún paso hacia delante. Muchos admiran a literatos pro-modernos pero estos, hablan de los mismos temas y lo que les nombra como modernos es que ambientan sus historias en estos tiempos, digamos que seudo maquillan sus historias de pro-modernidad, en algunos casos, demasiado tardía. Me canso de oir siempre las mismas cosas, me asombro del asombro que causan los escritores y poetas sumergidos en una retórica de comicidad, de narrativa insulsa, creadores ellos de artefactos vistos como paradigmáticos recursos literarios y creen estos que han descubierto América, su éxito está basado en el tabú generacional del lector, en el pueril sin sentido del absurdo, o la idea brillante del chiste basado e instalado en la memoria colectiva, o el sin sentido común, creen que son pioneros de este estilo e ignoran que lo están ahora redescubriendo. Filosofar, debatir, chascarrillo gracioso, peloteo literario, nepotismo literario, corporativismo editorial, poses académicas, endogamia estilística, llamaradas de éxito transitorio, miedicas al riesgo que correr, carencia de apuestas nuevas, apostar por los premiados, caer en lo mismo, tratar de ser innovador, crear escuela, aprendices de genios, bloggers intelectuales, camarilla de chupatintas, no hay nada nuevo bajo el sol. 

He visto hoy un programa en la 2 (el programa de Punset) donde en él se decía que el cerebro nos pide ejercitar el cuerpo. En él se decía que el cerebro siempre está ansioso de ejercitar el cuerpo por que así se incrementa una gran capacidad para habituarse en las relaciones humanas, osea, que se le da la razón a aquello que decían los antigüos de Mens sana in corpore sano. Parece ser que esto, que ya se sabía, ahora se confirma. Hace unos días escribí en un post pasado que quería ser una piedra, que no quería moverme, bien, pues ahora tengo la sensación contraria pero al mismo tiempo contradictoriamente. Después de haber visto el programa tengo muchas ganas de moverme, tengo ganas de salir a correr, ejercitar mi cuerpo para durar más, para estar sano, para durar cien años, pero: hay algo que me lo impide, una fuerza atmosférica que me dice que no debiera moverme, aunque tenga muchas ganas, aunque mi cuerpo me lo pida. Es como si un lado de mi mente me dijese que me mueva y la otra parte que no debo hacerlo. Quiero hacer ejercicio pero prefiero hacerlo en casa, sin pasar frío, sin correr riesgos, puedes tener ciertos accidentes, de los cardiacos prefiero no hablar. Envidio a esos valientes que hacen footing por la calle.

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