Capplannetta camino al parnaso

Cuando me llegue la hora de la coronada victoria, ay, ni risas ni flagelos tengo yo como desquite, ni pavesas encendidas ni timbres de oro, ay, cuando me llegue el triunfo que jamás pedí de rodillas, cuando la gloria me lleve al parnaso y el corazón sea víctima de alegres cosquillas, No pretendo ser prepotente, petulante, presumido o pretencioso, tampoco déspota, cantamañanas al uso, iluso, cacaseno, epígono o jactancioso, ay, de mis quehaceres, en mi trinchera resisto, sé que en idioteces muchos su dinero han malgastado, también sé que eruditos y lameculos formaron secta plagada de ostracismos, pero vayamos al asunto in situ, cuando me colme de opio la endorfina del éxito aparecerás como una seta que no halló lugar mejor, ¿dónde estabas entonces cuando yo era pasto de agonías y pesares por las que mi cuerpo se estremecía? Jamás te vi sentado en mis medicinas, oculto tras mis décimas de fiebre, ni mis duchas calientes te encontraron salpicándoles el agua enjabonada, no vi ningún Whatsapp tuyo en la pantalla de mi móvil, menos aún correo electrónico que alegrara mi mañana, no escuché palabras de aliento, placer en el intento de sentir tu alegre sombra, solamente vi desprecio, pedantería y alguna grosería, te vi celebrando en bares tu egocentrismo y tu nepotismo, vi selfies tuyos en la pitanza y en la semblanza, haciendo alardes de pseudo amigos y otras lisonjas, y cuando te encontré venenoso viniste a mí dando limosna, No quiero plato donde comieron perros, ni a gusto vivo con tu insolente descaro, para ti solo fui un bulto con panza que no proclamó jamás ningún tipo de venganza, pero en pos de tu esputo está tu fruto y tu añoranza.